Historia

Desde el nacimiento de Afrodita hasta el presente

Según Hesíodo, la diosa Afrodita nació en el mar de Citera. Gea, al querer castigar a su marido Urano por obligarla a mantener a sus hijos dentro de su vientre, les pidió que le ayudasen a acabar con su bárbaro padre. Cronos le pidió a su madre una hoz y cortó los genitales de su padre, que cayeron al mar de Citera. De su espuma, que fue transportada por el viento a Chipre, nació Afrodita.

La isla de Citera es la encrucijada de las rutas del Mediterráneo. Es probable que haya sido habitada ya en el Neolítico, desde finales del sexto milenio antes de Cristo. Esto se demuestra por el descubrimiento de vasija en la cueva de Agía Sofía en el pueblo de Kálamos. También el la cueva Justí, en Diakofti y en el área de Paleópoli hay yacimientos que verifican la existencia de vida desde el cuarto milenio a.C. Se observa en el período Prehelénico un aumento de las poblaciones, en el tercer milenio a.C. La civilización minoica, a finales del tercer milenio, extiende sus dominios a Citera y controlan la zona. Crearon una estación comercial en Paleópoli, donde había una ensenada (actualmente es un fragmento de tierra) que favorecía la creación de puerto. Citera fue integrada en la red de puntos de control del dominio minoico en la guerra contra la piratería en el Egeo. En Vunó, en Agios Georgios, los arqueólogos descubrieron yacimientos de templo minoico de cumbre, que operaba también como observatorio y faro para la navegación. La colonia minoica cae en decadencia junto con la Creta minoica, a finales del siglo XV a.C. Los micénicos vienen a la isla justo después. Los dorios aparecen en escena con la decadencia de los reinos micénicos alrededor del siglo XII a.C y al principio la isla pertenece al poder de Argos. No se conoce con exactitud la llegada de los fenicios, quienes elaboran la púrpura y producen el color rojo oscuro que constituye un producto de exportación muy valioso. Es cuando Citera se denomina Porfyrís o Porfyrusa. Según Heródoto, la fundación del templo de Afrodita se debe a los fenicios que trajeron desde el Oriente el culto a Astarte.

[A Spartan warrior] A mediados del siglo VI a.C, tras la ocupación del monte Parnon, Esparta pone Citera bajo su dominio. En el año 424, durante la guerra del Peloponeso, los atenienses ocupan la isla, la cual en el 421 con la paz de Nicias fue concedida de nuevo a los espartanos. Bajo el dominio de Esparta se introducen los cultos del panteón espartano, los Dióscuros, Alea, Poseidón y Hércules, mientras que a mediados del siglo X a.C se introduce el culto de Asclepios, en su forma lacónica como Aiglapios.

Con la rebelión de los lacones libres, en el siglo II a.C, Citera se independiza y acuña su propia moneda. Durante la expansión del Imperio Romano hacia el Este la isla no presenta ninguna actividad especial.

Scandia sufre una catástrofe grande en el 375 d.C cuando un terremoto fuerte arrasa sus edificios y el maremoto que sigue cambia totalmente la forma de la costa.

De 395 d.C y en adelante Citera pertenece al Imperio Romano de Oriente. Según las excavaciones de Huxley y Coldstream en Kastrí, la zona se habita y constituye una escala marítima hasta el siglo VI d.C dado que cuenta con instalaciones portuarias. En el 673 los Árabes ocupan las costas septentrionales de Creta, destruyen y despueblan el puerto y las fortalezas de la bahía de Scandia. Después de mediados del siglo VII Citera decae.

La isla durante casi tres siglos desaparece de los ojos del mundo. Creta, desde el 825 en adelante está bajo el completo dominio de los árabes y los piratas berberiscos que instalados allí, atacaban en las zonas de alrededor y sembraban el temor en el mar de Citera. Por causa de la piratería y las incursiones de los árabes en el Mediterráneo oriental no se podía habitar en la zona costera de la isla. En el 961, los bizantinos bajo el mando de Nicéforos Fokás recuperan Creta de los árabes. En el siglo XII llegan a Citera los Evdemonogianis de Monemvasia y permanecen hasta 1204. La primera instalación urbanística es la de Kolokithiá, en la actual bahía de Agía Patrikía, sin embargo el castillo se construyó en la actual Paleójora. A partir del siglo X d.C se construyen iglesias cristianas como la de Agios Andreas en Livadi y la de Agios Dimitrios en Purco. La población va creciendo. En el siglo XIII, después de la cuarta Cruzada, los venecianos, tras hacerse poderosos, se apoderan de Citera junto con otras islas y zonas del territorio griego. Esto tiene lugar a la vez con la conquista de Constantinopla en 1204. El Estado de Venecia establece en la isla a los Venier en 1207. Los patricios Venier reciben Citera y Creta occidental y dominan el lugar durante muchos años.

[The venetian fortress in Mylopotamos] En Creta y en Citera se establece el sistema feudal. Desde 1207 empieza el período de 6 siglos durante los cuales Citera y las Islas Jónicas permanecerán bajo el dominio veneciano. En 1238, viendo el dominio veneciano en la isla, Nikólaos Evdemonogianis casa a su hija con el hijo del soberano de Creta, Venier. Citera permanece bajo el poder de Venecia. Desde 1275 hasta 1308 los bizantinos recuperan la isla y mantienen un control provisional con el comandante monemvasita Pavlos Notarás. Es la época del emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo (1259-1282). Los monemvasitas encabezados por miembros de la familia Notarás imponen la política del emperador contra los latinos. Reponen la isla bajo el control bizantino y expulsan a los Venier. Sin embargo, éstos vuelven a la isla después de 1308, para colonizar la isla con nuevas poblaciones y en 1316 viene la familia Kasimatis y se establece en Citera, al igual que hacen otras familias en Mani. Luego los venecianos declaran la guerra en todo el mar Egeo. En 1363 Citera pasa al dominio completo de Venecia. La clase noble se instala en la ciudad nueva de Citera, que es la capital actual. La capital bizantina de Agios Dimitrios, actual Paleójora, que fue construida por los Evdemonogianis, pierde su primacía. Los Notarás se van de la isla. En el siglo XVI la población aproxima los 4000. los habitantes crean tres polos urbanísticos para su mejor fortificación y organización contra los ataques de los piratas. Las tres poblaciones organizadas y fortificadas son Agios Dimitrios en Paleójora actual, Milopótamos en Kato Jora y Jora, la capital actual.

[Hairedin Barbarossa] En 1537 Jeirredín Barbarroja, almirante del Imperio Otomano y corsario de las costas berberiscas destruye y saquea Paleójora, sus piratas matan a la población civil, y venden como esclavos muchos de los capturados. Paleójora se abandona completamente. Quienes salvaron la vida se mudaron a otros pueblos de alrededor. Los últimos años de la ocupación veneciana la población alcanza los 7500 habitantes. La isla permaneció bajo el mando de los venecianos hasta la abolición de su estado por Napoleón Bonaparte en 1797. Desde entonces, con el Tratado de Campo Formio, la isla de Citera y todas las Islas Jónicas pasaron a manos francesas. En 1797 Vincenzo Reno ocupa Citera y la nueva clase burgués junto con los agricultores queman en la plaza de Estavromenos el “Libro d´Oro”, el libro de los nobles.

[A post stamp of the Ionian State] Los franceses en 1798 plantan el árbol de la Libertad en la plaza de Estavromenos en Jora y proclaman los ideales de la Revolución francesa, “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Mientras tanto empieza la emigración de los citeranos a Esmirna. Tras poco tiempo, entre 1798 y 1799, turcos y rusos se aliarán para ocupar las Islas Jónicas y Citera. La guardia de pocos soldados franceses después de un asfixiante asedio entrega el castillo a la flota rusa. Con el Tratado de Constantinopla se forma una república semiautónoma de las Islas Jónicas. Sin embargo, el mantenimiento de los privilegios de los nobles enfurece a los burgueses y los villanos, que persiguen y matan al Provveditore y otros nobles, mientras saquean sus bienes. El 12 de mayo de 1799, en la fiesta del monasterio de Santo Teodoro, otros dos nobles son asesinados. Luego, con el Tratado de Tilsitt en 1807, las islas pasan a los franceses por dos años más (1807-1809) hasta el período británico. Con el Tratado de París, el 20 de noviembre de 1815, se forma la “República de las Islas Jónicas”, república federativa y protectorado de los ingleses, con Corfú como capital. Los ingleses llevan a cabo muchas obras públicas en Citera, para lo cual oprimen a la gente que se ve obligada a realizar trabajos forzados. El 26 de agosto de 1817 la República de las Islas Jónicas obtiene una constitución pero se mantiene bajo la esfera de influencia de Inglaterra.

Durante la Revolución Griega de 1821 muchos refugiados del Peloponeso se encontraron en Citera, por el contrario, otros se fueron al Peloponeso para ayudar en la guerra de la independencia. Los años siguientes, después de la liberación, muchos citeranos cruzan el mar buscando trabajo en el estado griego libre, en Creta o en Esmirna. El 28 de mayo de 1864 las Islas Jónicas se unieron a la Grecia liberada. En 1903 un fuerte terremoto se hizo en Citera destruyendo totalmente el pueblo de Mitata, mientras se derrumbaron casas en toda la isla. Citera perteneció por un tiempo administrativamente a la provincia de Argos y Corinto, a la de Laconia, pero también constituyó una provincia propia junto con Anticitera hasta incorporarse en la provincia de Ática en la que pertenecen hasta hoy en día.

A principios del siglo XX empiezan las grandes olas migratorias hacia Australia y América. En 1916 viene a Citera una compañía del Regimiento de Creta acompañada por 200 policías y ocupa la isla en nombre del “Gobierno de Defensa Nacional” que tenía su sede en Tesalónica y su líder era Elefterios Venizelos. Se hacen intentos tras un acuerdo con el diputado filial a Venizelos para que Citera declare el 17 de febrero de 1917 la “Administración Autónoma de Citera”. Apoyan el Gobierno de Defensa Nacional y a Elefterios Venizelos en contra del Rey. La Primera Guerra Mundial avanzaba y Venizelos se había puesto en el bando de los “Aliados”, Francia, Gran Bretaña y Rusia, la conocida como Entente Cordiale, mientras el estado de Atenas con el Rey apoyaba a Alemania. ¡Así, la “Administración Autónoma de Citera” declaró la guerra a los alemanes! El control de los estrechos de Citera durante la Primera Guerra Mundial pertenecía a los aliados y fue de importancia decisiva.

En la Segunda Guerra Mundial muchos citeranos participaron en la Resistencia Nacional. La isla fue ocupada por los alemanes y los italianos el 10 de mayo de 1941. En el pueblo de Potamós se organizó un frente de resistencia con el apoyo de guerrilleros del Peloponeso. El frente redujo el control alemán de la isla. El 4 de septiembre de 1944 los últimos alemanes fueron expulsados violentamente de Kapsali. Los guerrilleros los atacan con dureza desde las colinas de alrededor y los obligan a abandonar la isla. Citera es el primer lugar de Grecia que se libera. Al cabo de 10 días, el 14 de septiembre, buques de guerra de las fuerzas aliadas amarran en Kapsali libre. Después de la guerra la mayoría de los jóvenes abandonan la tierra pobre. Unos emigran a Atenas y otros a Australia o Estados Unidos buscando una vida mejor.

La emigración hacia el extranjero acabó a los finales de la década de los 70. Sin embargo, la atracción por vivir en las ciudades, que había empezado a mediados de los 50, sigue hasta la década de los 90. Es cuando empieza el desarrollo turístico de la isla. Según la ley “Kapodistrias”, las 13 aldeas que existieron hasta 1998 se unen en un municipio, el Municipio de Citera. Actualmente la isla está afrontando los retos de una evolución económica muy rápida. Dentro de la búsqueda de un rumbo que no altere su identidad y no permita consecuencias dañosas para el medio ambiente, los citeranos tienen que tomar decisiones que coloquen al hombre, al ciudadano y al habitante de la isla en el centro del interés. La mentalidad de la especulación y del desarrollo incontrolable no es tan ajena de la isla de Afrodita. La isla no debe permitir de nuevo una “invasión de conquistadores”. La Historia seguirá escribiéndose y los que la escriban deben ser prudentes….

Deja tu comentario